Jade es una joven árabe que debe personarse a acomodarse con la clase de su artista a Marruecos, por que tanto su hermana como procreador han fenecido. Lucas es un joven generoso gemelo con Diogo e hijuelos del aburguesado patrón Leónidas Ferras. Cuando Lucas y su gente se encuentran de ocios en Marruecos, Lucas conoce casualmente a Jade cuando ella le mostraba a las sirvientas de su morada el baile árabe que había fijado de antemano de que su vaguada muriera. Tras haber rebasado ojeadas despertó el apego entre entreambos que desataría la descripción de la novelística. Sin embargo, las diferencias culturales de uno y otro no permiten que puedan estar contiguos, precisamente, ellos buscaban la tradición para hallarse a subyacentes. La relación se centra en la problemática de la clonación, las medicinas y los hostilidades interculturales. Jade es adeudada a casarse con Said, un joven brasileño-marroquí que se iniciaba como un potentado mercader de tejidas. A su sucesión, Lucas al concurrir a Rio de Janeiro recibe la sorprendente novedad de la muerte de su ñaño gemelo Diogo, lo que lo coloca en una incomprensible situación en la comunidad, puesto que su artista lo ve como único afortunado y decide convertirlo en un duro patrón como él, luchando así con la eminencia soñadora que siempre lo distinguió de su gemelo. Luego de una escala de cuestionarios por citarse adheridos, Jade y Lucas no logran su labor, por lo que finalmente ella se morada con Said en Marruecos, sin así quererlo, comenzando con él una edad de agraces motivadas por sus verdaderos sentimentalismos de cariño hacia Lucas. Por su lado, Lucas, al advertir que perdió al apego de su biografía, rebusca barajustar de la zabila de este asunto, viviendo la carrera que su generador le propone, y casándose con Maysa, la ex novia de su religioso Diogo, a pesar de no estar aficionado de ella.
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